Su ilusión de “cuidar” el arco de la “U” a partir del próximo año podría esfumarse por capricho de la directiva galvista, que solicitó la suma de US$200 mil por la rescisión del contrato del argentino -hasta el final del 2011- cuando en el documento legal dice que serán US$50 mil por su libertad.
Conocida tal “viveza”, los cremas dejaron el caso en manos del jugador y de su representante; caso contrario, se cerrará el tema.