Una serie de gritos desgarradores removieron los cimientos del Monumental. Era la queja sollozante de Carlos Galván, quien ayer en las prácticas tuvo un fuerte choque con Aurelio Saco-Vértiz y la angustia se apodero de propios y extraños.
Ambos jugadores, por el afán de ganar el balón, impactaron furiosamente y el que llevó la peor parte fue el ‘Negro’, que casi se queda sin una costilla. El argentino cayó tendido y el intenso dolor no pudo ser ocultado.
Gritó sin parar y encima le faltaba el aire, situación que desesperó más al che. Intentó ponerse de pie, pero no lo logró. Luego de algunos minutos de angustia, Galván se levantó y “Chemo” preocupado ordenó la culminación del entrenamiento.
En el vestuario, el recio zaguero volvió a sentir que el oxigeno le faltaba. Le diagnosticaron una contusión costal, pero con el correr de las horas, y con placa en mano, se convirtió en una fisura. La “U” se queda sin defensas, pues Galliquio también tiene una lesión.