Alejandro Richino, el exótico preparador físico de Universitario, es procesado por un sector de la directiva que lo sindica como responsable de las lesiones de Pablo Vitti y aquellos referentes que cayeron como moscas a raíz de las sobrecargas físicas.
Grita, exhala, ríe, da saltitos, patea el aire y fuerza más gestos que Melcochita para dejarse entender, pero el “Loco” Richino –como se le conoce– no entiende que las metodologías de trabajo son aplicables de acuerdo a la constitución física de cada jugador.
El caso más sonado es el de Pablo Vitti, quien en la práctica del jueves le recrudeció el desgarro en el abductor derecho por correr a paso ligero sin adoptar las precauciones del caso, a pesar de la supervisión del comando técnico. Ayer no se movió porque tendría un desgarro de 4 milímetros que, incluso, lo marginaría del clásico de la fecha 8 del Descentralizado.