En ese tímido abanico de posibilidades que tenía sobre la mesa para formar el bloque defensivo de la selección en su participación en la Copa Kirín, el estratega Sergio Markarián dejó de lado los trucos de “magia” y mandó a cuatro leones a la zaga bicolor.
Y es que con las sensibles ausencias de Alberto Rodríguez y Carlos Zambrano, ambos por lesiones, el rompecabezas era cada vez más complejo. Sin embargo, en la práctica que efectuó ayer el guía nacional se pudo observar que el sector derecho estaría ocupado por Renzo Revoredo, la línea de centrales es sostenida por la experiencia de Santiago Acasiete y la agilidad de Christian Ramos, mientras que la banda izquierda sería sellada por el infaltable Walter Vílchez.
Estos cuatro guerreros son los que con escudo en mano se cuadrarán en el fondo nacional para soportar los ataques de Japón y República Checa, pero también para tentar un espacio en la oncena de Sergio Markarián para la Copa América en Argentina.
Como se recuerda, el único jugador que ha tenido una participación constante en este proceso con la selección es el defensor de Sporting Cristal, Walter Vílchez.