El caprichoso destino podría devolver del Deportivo Quito a José Carlos Fernández, cuando antes pudo haber jugado en la Argentina y no precisamente en Newell’s, donde lo tenía todo arreglado.
Y es que Argentinos Juniors aquella época le pagaba 1 millón 300 mil dólares por un contrato de tres años generando el doble de ganancia de lo que se percibió con los quiteños. El artillero prefirió seguir a su conciencia.