Dicen que a veces los semblantes son los que definen los pensamientos de las personas. Y uno no necesita ser psicólogo para darse cuenta de que en la mirada se esconden miedos, frustraciones y esas otras cosas que te hacen ver vulnerable.
Los uruguayos Walter Ibáñez y Jonathan Charquero hoy son el fiel reflejo de ello; al parecer, el optimismo que fulguraban cuando llegaron a tienda íntima se fue esfumando con el correr de los días, con los terribles problemas que vive el club y ese clima de incertidumbre de la mañana siguiente.
Pese a ello, como buenos charrúas, ambos tienen la consigna de aguantar y sacar adelante la triste realidad.