Ingresó, afiló sus toperoles y después de seis minutos se fue a las duchas por doble amonestación luego de dos “barridas” catalogadas como “innecesarias”. Así terminó la historia de Paolo de la Haza en Tacna, entre sombras, dejando solo dudas.
Y aunque Markarián haya renegado por la decisión del árbitro, las imágenes no mienten. El jugador fue presa de su vehemencia.