“Anda tranquilo que yo cuidaré de tu hermana...”. La frescura de John Galliquio hizo que Álvaro Ampuero, nervioso por el momento, rompa el hielo antes de cruzar los Apeninos e incrustarse en la medieval y gastronómica Parma, su punto de residencia y de trabajo a partir del próximo año.
Al promediar las 8:45 de la mañana de ayer, Ampuero regresó del Cusco como parte de la delegación de la “U”. Treinta minutos después, el jugador tuvo que subir a paso de liebre al vuelo que lo llevaría a Madrid, luego haría una conexión hacia Milán y de allí viajaría dos horas en auto hasta Parma.
Ahorita, ya debe haber pisado territorio italiano junto a su representante Paul Valderrama. Se dijo que “Patrulla” Barbadillo, scouting del Parma, lo recibiría.
Este jueves debe retornar tras presentarse ante el técnico Roberto Donadoni, pasar los exámenes médicos de rigor y firmar su contrato de cinco años por US$ 1,5 millones, de los cuales US$ 500 mil irán a Ate. “Me voy feliz, pero ya regreso para seguir luchando por la clasificación a la Copa Sudamericana”, dijo tras “sacar” dinero al vuelo y cambiarse de ropa en el baño del aeropuerto.