El 17 de marzo de 1971, Cristal visitaba a Boca Juniors con la fe en un buen resultado que le permita seguir con chances.
El cuadro local se adelantó fácil con tantos de Coch y Rojas, pero en el segundo tiempo el bravo equipo rimense le empató mediante Orbegozo y Gonzales Pajuelo.
Como los argentinos no podían ganar quisieron inventar un penal, pero el árbitro no cobró. Impotente, el argentino Rojas tiró al suelo a Mellán y le pegó junto a sus compañeros, causándole una conmoción.
Los peruanos reaccionaron y se armó una bronca descomunal, al punto que todos los jugadores fueron detenidos por la policía, salvo Julio Meléndez, quien jugaba para Boca e intentó calmar los ánimos.