Aunque no es precisamente un santo, Christian Cueva se convertirá hoy en el niño redentor que ilumine esa volante blanquiazul.
Tras un sinfín de idas y vueltas para concretar su fichaje, el mediocampista pondrá punto final a la novela para enfundarse oficialmente la chompa aliancista y convertirse en el regalo navideño del hincha grone, que ya se ilusiona con el nuevo potencial de sus colores.
Y si “Aladino” no es suficiente para poner a soñar a la fanaticada íntima, la Administración Temporal agota esfuerzos por conseguir el préstamo de Roberto Merino, quien es la obsesión victoriana para garantizar el espectáculo el 2013.