Con los años, Wilmer Aguirre aprendió a sacrificarse por su equipo. A su buen desplazamiento en el ataque aliancista le sumó el equilibrio defensivo, la marcación, ese correteo que ayer Jhoel Herrera lo sufrió en carne propia. El “Zorrito”, por su velocidad, pudo tapar las salidas del popular “Aceituna” en gran duelo.