Con el pasar de las fechas, Wilmer Aguirre no suma goles sino un sinfín de dudas acerca de su contratación. Es que el “Zorrito” no es ni la sombra de aquel delantero que en 2010 emigró al San Luis con cartel de goleador.
Hoy, Aguirre deja a los hinchas con el grito de gol en los labios y se dedida a mandar balones a la luna, cuando es más fácil anotar que errar.En Chimbote tuvo la gran posibilidad de consagrarse y sacarse la sal que lo acompaña desde marzo, cuando “vacunó“ a Cristal. Sin embargo, el ariete volvió a decepcionar.
Ni el propio Wilmar Valencia lo podía creer. El DT perdió la paciencia y por eso espera con ansias a Guevgeozián.