Fue la sorpresa en el once y el encargado de darle equilibrio a la volante, pero Josepmir Ballón se fue yendo del partido en la medida que afloró la rudeza uruguaya y el gol en contra.
Cuando más se le requería rápido en la distribución, anduvo lento y generó que la defensa rival se ordenara. Nunca se asoció con Ramírez ni Cruzado.
En el segundo tiempo fue cambiado por un Vargas lejos de su mejor nivel futbolístico.