A pesar de que el partido se jugó en un día laborable y en un horario poco común en nuestro fútbol, la hinchada respondió y llenó el Alberto Gallardo.Tanto el Extremo Celeste como el Comando Sur se portaron muy bien, alentaron a sus equipos los noventa minutos de juego, una verdadera fiesta.
Las hinchadas de ambos equipos demostraron que si hay orden, control y sobre todo predisposición de las autoridades para dar seguridad, los clásicos pueden jugarse hasta en la luna sin ningún problema.
“Felicito a las barras, la organización salió okey”, declaró el directivo celeste Gustavo Zevallos.