Cerca al minuto 83, Alfredo Ramúa colocó la cereza en el pastel, ya que cerró la jornada entre risas de alegría y de burla. Dejó como una estaca a Jesús Álvarez y habilitó a César Ortiz para que marque el tercero.
El volante paraguayo entró en la etapa complementaria, como el as bajo la manga de Fredy García, y sirvió para cada contragolpe mortal. Su velocidad y desequilibrio hicieron daño en el fondo bajopontino.
“Felizmente se pudo cerrar la jornada con un marcador que nos ayuda a seguir sumando en el campeonato. Demostramos que tenemos un gran plantel y que queremos campeonar”, mencionó Ramúa.
El “Chapu” volvió a demostrar que es una de las piezas claves de la “Máquina Celeste”. Y es que ahora tendrá que preocuparse por cómo lo dibujó al “Chasqui”.
Es más que fijo que el defensor del Rímac soñará con el “chato” sobre el verde.