Fischer Guevara goza a su alrededor de un resplandor intenso, y no precisamente por la estrella que ha venido iluminándolo desde que asumió por encargo el arco blanquiazul.
Lo suyo desde que asumió tal responsabilidad hace cuatro fechas ya sobrepasó a la buena fortuna y así lo ratificó el día de ayer con su aceptable labor en el triunfazo del equipo íntimo ante Huancayo en la altura.
Queda claro que a su puerta no le llegaron con suma peligrosidad dado el excelente soporte que ha tenido de su defensa, sin embargo, es oportuno decir que estuvo atento para embolsar o despejar uno que otro disparo.
Lleva tres fechas sin recibir un gol. Eso, ya es un gran mérito.