Las aguas del mar de Lurín son testigos de la ilusión y deseo de gloria de la “U”. Los merengues volvieron a las fuertes sesiones físicas en arena, esta vez en las playas de Campo Mar, y al término de las mismas los “premiaron” metiéndolos al mar.
Los trabajos de potencia y resistencia sobre la arena fueron compensados con ejercicios de soltura dentro del mar. Nadie se salvó. Con Suárez a la cabeza, todos ingresaron al mar para así distender los músculos y las articulaciones.
El “cafetero” no deja pisar el acelerador en los trabajos, pero tampoco descuida el bienestar y la integridad física de los suyos. Con él no hay pierde.