Majin Buu, gran villano de Dragon Ball Z, había causado caos y destrucción en grandes ciudades del planeta, los últimos guerreros que había logrado enfrentarse a él, fueron Goten y Trunk. Ambos realizaron la fusión con lo que pudieron controlar por un corto tiempo al demonio rosa. Sin embargo, todo fue en vano, pues el ser de color rosado era casi invencible.
Majin Vegeta había llegado al campo de batalla, vio como su hijo y el de Kakaroto no podían hacerle frente al poder del demonio rosa. Así que tomo la decisión de despedirse de ambos, mientras llegaba Piccolo para que se los lleve. El ser de color rosa se había dado cuenta de la presencia del saiyajin por lo que buscaba eliminarlo.
Mientras tanto, el namekiano llegó y tomó a Trunks y Goten que se encontraban inconscientes. Antes de irse, Vegete le pregunta si al morir el volverá ver a Gokú, su eterno rival, en el otro mundo. Piccolo, con los años que había pasado, consideraba al saiyajin como un amigo por lo que no quiso mentirle.
El namekiano no quería darle falsas esperanzas, así que le explicó a Vegeta que a lo largo de su vida había hecho mucho daño a personas inocentes y que iba a vivir con eso toda la vida, por lo que su alma sería llevada a un lugar diferente a donde estaba Gokú, posiblemente al infierno.
Piccolo, con resignación, le explicó a Vegeta que si moría su alma no iría hacia donde está Gokú, sino a otro lugar. El daño que había causado 'El príncipe de los saiyajin' era irreparable.
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