Farfán la pasa bien en el Lokomotiv, pero para nadie es un secreto que su motivación principal pasa por ser llamado a la selección para los duelos ante Bolivia y Ecuador, vitales para luchar por la clasificación al Mundial.
Con su actuación Farfán empieza a dar muestras que quiere un lugar en el equipo de Gareca. Y es que uno de los requisitos del seleccionador para considerarlo era que vuelva a ser el de antes y el ariete va por buen camino.
Farfán tiene un mes para terminar de convencer a sus detractores que su aporte puede ser importante para la ofensiva peruana en las eliminatorias. Mientras luzca concentrado en la cancha y lejos de situaciones extrafutbolísticas, las puertas de la Videna volverán a abrirse para él. Y la gente respaldará la decisión de Gareca.