Gareca teme que el máximo artillero de la selección no llegue al cien por ciento al duelo con los norteños o que la lesión que sufre, que aparentemente no es grave, empeore y no pueda alinear el próximo 5 de setiembre.
El técnico de la Blanquirroja espera que en Flamengo cambien de parecer y no arriesguen al peruano. Si eso no ocurre, únicamente le queda cruzar los dedos, porque sin duda se trata del jugador más desequilibrante que tiene en ofensiva nuestra selección.
A Guerrero se le necesita para lograr un resultado importante en Quito, que nos permita seguir con vida en las eliminatorias y soñando con Rusia.