En Rusia, “Jeffry” es figura. Y no solo por sus goles, sino por su calidad para tocar el balón y hacer ganar a su equipo. Los más felices por esta grata realidad son los hinchas de la selección, el comando técnico y sus compañeros.
Farfán se ganó a peso su retorno a la “sele” después de una ausencia prolongada que lo hizo meditar y levantarse. Ausente Paolo Guerrero por suspensión, es el encargado para ponerse el equipo al hombro y regalarle nuevas alegrías al país entero.
Se viene una fecha doble clave para los intereses del “equipo de todos”. Ganarle a Bolivia debe ser el trampolín para ir a Quito a golpear a Ecuador. Una tarea imposible, pero con Farfán en la cancha lo imposible se convierte en una ilusión latente.