El delantero es consciente que no dependemos más que de nosotros mismos para alcanzar el objetivo trazado. Guerrero está concentrado en hacerle pasar un mal momento a los argentinos y, por qué no, emular a “Cachito” Ramírez en La Bombonera en el ‘69.
A sus 33 años, Guerrero asume que esta es la última oportunidad que tiene de cumplir su sueño de pequeño y jugar un Mundial. Por eso saldrá a dejar el alma en el campo, primero en Buenos Aires y luego en la capital.
Después de dos décadas, la selección peruana vuelve a coquetear con la clasificación. Guerrero es el referente principal de este equipo que ha hecho emocionar a todo un país. Ojalá en La Bombonera veamos al Paolo goleador de la Copa América. Sus goles son más necesarios que nunca.