Al final de la primera rueda, cuando Perú disputaba los últimos lugares, Ricardo Gareca marcó clara la meta, apuntando al repechaje para llegar a Rusia. Es cierto que nos emocionamos con la clasificación directa, pero la realidad nos indica que tocan dos partidos que hay que jugar a muerte.
Perú llega a esta instancia premundialista con la suerte del campeón. Porque anoche cuando parecía muerto, Paolo Guerrero nos conectó el respirador artificial. Y luego los otros resultados de Chile y Paraguay nos permitieron alcanzar el quinto lugar.
En menos de un mes debemos enfrentar a Nueva Zelanda. Ahora solo depende de Gareca y sus pupilos hacer feliz a todo un pueblo que hoy dibuja una mediana sonrisa. ¡Vamos Perú!