Con clara intención, vestía un polo rojo de la selección peruana y sus infaltables lentes oscuros. Se metió a la transmisión y empujó primero a Horacio y luego a Diego. De inmediato, se desapareció siguiendo su rumbo. Dicen que es cábala y seguramente lo seguirán haciendo antes de cada partido.
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A las afueras del hotel de concentración, rodeado de hinchas peruanos, todos están esperando a que los dirigidos por Ricardo Gareca salgan al entrenamiento con miras al partido de este martes ante la selección de Islandia como preparación para Rusia 2018.
VÍDEO (Movistar Deportes)