Lo cierto es que, el popular “Loco”, ayer fue muy claro. Fue tan cuerdo como nunca. Tomó la palabra y lanzó conceptos y hasta autocríticas que siempre es bueno escuchar, sobre todo en un jugador importante, un referente que decidió vivir siempre al límite, al extremo. “Por momentos no me importaba nada”, disparó a quemarropa.
A poco menos de cuatro meses para una nueva fecha doble, el “Loco” atesora la ilusión de estar en esa convocatoria. A sus 33 años no le ha cerrado la puerta a la selección. Sabe que tiene que trabajar mucho, muchísimo para llegar a un equipo ya formado. Y también sabe, que la única persona que lo hará volver es él mismo, con su sacrificio y con ganas de trabajar.