En el gramado del bello estadio de Kazan, la “Roja” fue más. En los 90 minutos y en el suplementario impuso condiciones, aunque no pudo abrir el marcador, mientras que en los penales fue largamente categórico frente a un cuadro luso que no mostró las credenciales de campeón de Europa.
Decir que Chile es un equipazo no es exagerar. Dos títulos de Copa América y una nueva final confirman que el mundo tiene ante sus ojos a una generación dorada. Liderados por Vidal y Sánchez, los mapochos pueden ser la gran sorpresa en Rusia 2018.