Lionel Messi no viajó con la selección argentina a Buenos Aires, se quedó en Lima para tomar su vuelo recién ayer por la tarde rumbo a Madrid, junto a Javier Mascherano.
La “Pulga” por la mañana recibió a un grupo de niños que se apostó en el hotel Westin para rendirle pleitesía y tomarse algunas fotos. El delantero argentino los hizo pasar al tercer piso del hotel y los atendió gustosamente. LÍBERO fue el único medio que estuvo con él y le robó algunas palabras. “Quiero agradecer las muestras de cariño de la gente de Perú. Sé que hay muchos hinchas del Barcelona acá. Hemos sido rivales en un partido de fútbol, nada más. Ya vendré a conocer Machu Picchu junto a mi esposa”, expresó la “Pulga”, quien al mediodía se dirigió al aeropuerto para abordar su vuelo de Iberia rumbo a Madrid, coincidentemente en el mismo vuelo de André Carrillo. Lo curioso fue que el mejor jugador del mundo ingresó por la comisaría del aeropuerto junto a Mascherano y hasta seis efectivos policiales con el único propósito de evitar algún insulto o contacto con la gente.