En el fútbol la alegría máxima es el gol y para muchos el curso de la pelota antes del delirio, lo tiene que marcar un fútbol elaborado. Para darle el gusto a la exigencia popular Alianza Lima reuniría el año 2019 en su equipo a dos futbolistas que han crecido jugando a la pelota en las pistas, sorteando baches y vehículos.
Joazhiño Arroé, futbolista que cierra el presente año en el club Sport Boys, es el primer jale de los grones y encabezar dicha relación, ya manifiesta lo que se pretende como juego.
Lo que puede brindar “Joa” en el campo es generoso. La banda es su habitat y así como puede apretar el acelerador, en un metro cuadrado puede pintarle el rostro a cualquiera escondiendo y sacando el balón a su gusto; le ocurrió a Pablo Lavandeira de la U.
Sus servicios son precisos y también posee gol, virtudes que pueden agradarle a todo técnico que busque el gol con trazos practicos y armoniosos.Pero como toda fiesta se disfruta entre dos, la dirigencia evalúa ganarle la pulseada a la “U” para asegurar el juego vertical y la habilidad que ostenta José Manzaneda.
Manzaneda por un lado y Arroé por el otro, garantizan agresividad y elaboración. El jugador edil tiene que responder a la oferta en estos días.