Para muchos, por no decir todos, se trata de esas cuestiones incomprensibles para la razón, pero explicables para las injusticias de la vida.
Lo cierto es que pasan los años y John Hinostroza sigue viendo a la selección peruana como algo lejano, casi inalcanzable.
Cambian los técnicos, se inician nuevos procesos, pero él no aparece ni por asomo en ninguna nómina. ¿El motivo? Nadie lo sabe. Temporada a temporada, el “Churrito” no ha hecho nada más que elevar su juego hasta rozar la perfección. De trote lento, pero ágil de mente, Hinostroza ha frenado a cuanto habilidoso volante o delantero haya osado enfrentarlo.
Y no solo eso. Se ha cansado de hacer famoso a sus compañeros con milimétricos pases, si no que lo diga “Pedrito” García en la última final. Por eso mismo y ad portas de la Navidad, el “Churrito” no pierde las esperanzas de enfundarse la blanquirroja.
“Mi convocatoria depende solo del entrenador. A mí solo me queda seguir mejorando día a día para que mi deseo se cumpla”. ¿Lo escuchará el “Mago”?