En medio de un estadio Monumental, que se agobiaba por su propio aliento y bulla, ambos saltaron al gramado de juego acompañado de cánticos, de lágrimas y de gritos ensordecedores de los hinchas merengues.
Y es que desde un primer momento Johan Fano y Pablo Vitti tenían claro que ponerse aquella camiseta les iba a traer como consecuencia ser idolatrados por la mitad del país. La noche crema fue prueba de ello.Cuando mencionaron sus nombres - en la presentación - y la única luz del coloso de Ate los perseguía en ese camino interminable hasta el centro del campo, más de uno se quedó con la boca abierta. “Esta es una sensación que no se puede explicar. La ‘U’ es lo más lindo que me ha ocurrido’’, afirmó el artillero.Por su parte, el ‘ diferente’ de los dirigidos por José Del Solar sostuvo que ‘‘sabía que Universitario era un grande, pero no pensé que tanto. Me siento feliz de estar acá’’.Al final, uno recibió todo ese aprecio por dejar todo en México , siendo el goleador del Atlante, y elegir el sentimiento antes que la razón. El otro por abandonar al campeón -Universidad San Martín- y dejarse llevar por una enfermedad que solo consume a los que son hinchas de corazón. Ahora está en ellos retribuir todo ese cariño.