Ya todos conocen el criterio de Guillermo Sanguinetti cuando hay que jugar en patio ajeno. El DT “yorugua” no se hace problemas: pone a cuatro soldados en el fondo y tres perros de presa en la volante de marca.
Pablo Míguez y Paulo Albarracín son los fijos en esa primera línea del mediocampo, y LÍBERO conoció que Julio Edson Uribe sería el otro peón en ese espacio del tablero de ajedrez.
El “Diamantito” conoce a la perfección a Real Garcilaso –fue su equipo– y el terreno de Urcos. “El profesor está probando, si me toca es la oportunidad que estuve buscando. Yo cuando no juego me deprimo, y cuando juego vuelvo a la vida”, expresó Uribe.
El mediocampista agregó que “en Cusco hay que ser inteligente para jugar, porque hay poco oxígeno para correr y pensar. Además hay que cuidarnos de Garcilaso porque es un equipo fuerte”.
Dicho eso, todo hace indicar que Uribe volverá a la vida frente a su ex. Y para un reencuentro así solo queda pulirse.