El hincha blanquiazul entró a su casa con el deseo de salir con los tres puntos que lo acerquen a Garcilaso, pero al término de los 90’ lo que último que quería hacer era dejar Matute. Cada toque de balón, cada jugada elaborada y cada golazo extasiaba a los corazones victorianos.
El triunfo ante los celestes había elevado la moral del grupo y la confianza de este en Roverano, ¡y vaya a qué nivel! Las trepadas con convicción de Trujillo y Guizasola eran la mejor muestra.
Por esta vía llegó el primer tanto. ‘Talara’, como en sus inicios, trepó hasta la línea de fondo y sacó un centro que Costa, con izquierda, definió con categoría ante Ruiz. Un culto al fútbol colectivo que los corazones celebraban a rabiar
goles de play station
Mimbela quiso demostrar que su golazo ante Cristal no había sido casualidad y esta vez dejó en ficha a ‘Banana’. Willyan vio salido al arquero de Comercio y desde casi 30 metros de distancia le metió un zurdazo que hizo volar a Ruiz simplemente para hacer más hermoso el gol. Perdón, el golazo.
La visita hasta ese momento no había llevado peligro al arco de Butrón y así terminó el encuentro. El ‘12’ azul y blanco fue requerido un par de veces y respondió. Luego se dedicó a disfrutar de los goles.
Con los tantos de Costa y Mimbela, solo faltaba el de Preciado para cerrar el espectáculo. El colombiano entendió el mensaje y sacó también un derechazo desde fuera del área para hacer el tercero. El hincha se fue a su hogar contento, pero sus gritos de “¡Golazo!” aún retumban en Matute.