Han pasado 17 años de la Copa América de Perú y para la cual los estadios de Piura, Chiclayo y Trujillo fueron remodelados a fin de estar a la altura de la competencia internacional, sin embargo, lejos de mejorar su infraestructura, de aquel 2004 hasta ahora, los recintos norteños, administrados por el Instituto Peruano del Deporte (IPD) lucen olvidados y no se encuentran aptos para la competencia profesional.
En la Copa América, estos recintos lucían un verde natural, pero al año siguiente se optó por instalar canchas de grass sintético en lo que sería el inicio de los problemas.
Solo el Mansiche de Trujillo, con motivo de los Juegos Bolivarianos del 2013, pudo ser intervenido y se le cambió la cancha sintética por grass natural. No obstante, su iluminación no cumple los estándares internacionales requeridos por la Conmebol para torneos internacionales, además, de la carencia de Certificado de Inspección Técnica de Seguridad en Edificación (ITSE).
Ante ello, el club Carlos A. Mannucci se pronunció con una solicitud de apoyo a las autoridades de turno y en especial del IPD nacional para que preste atención al estadio, donde anhela jugar la Copa Sudamericana, torneo al que clasificó por su brillante campaña en la Liga 1 del 2020.
En este 2021, Universidad César Vallejo, el otro club profesional de fútbol en Trujllo jugará la Copa Libertadores y no cuenta con estadio para hacerlo.
La situación del Elías Aguirre de Chiclayo es peor, aún. En el 2013 debió ser intervenido con motivo de los Juegos Bolivarianos, sin embargo, por indicios de corrupción en los procesos de licitación, la obra se frustró y entró en un arbitraje de varios años. Hoy el estadio ya no tiene arbitrajes, sin embargo, el IPD sigue sin darle una mirada.
En el Elías Aguirre aún continúa la vetusta cancha sintética, que ha cambiado su color de verde a plomiza, además los seis campos anexos de grass natural (en los que se jugaban los campeonatos de menores y de liga) hoy lucen deteriorados.
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Este recinto requiere intervención urgente, ya que por el tamaño del complejo deportivo no solo se puede practicar fútbol, sino también atletismo, vóley, básquet, gimnasia, boxeo, levantamiento de pesas, entre otras disciplinas.
Hace unas semanas, el club Juan Aurich levantó su voz y pidió al Gobierno Regional de Lambayeque e IPD nacional la intervención correspondiente, a fin de jugar propiciar por lo menos el cambio de cancha, de sintético a natural y jugar la Liga 2 en dicho escenario.
Piura también afronta una situación similar, en este caso, el estadio Miguel Grau fue intervenido por el Gobierno Regional de Piura con la intención de cambiar el campo de juego.
La obra se encuentra inconclusa y por ello, hinchas de Atlético Grau, así como deportistas de la zona alzaron su voz de protesta en una manifestación pública con el fin de exigir a las autoridades las obras pendientes.
Lo curioso de todo esto es que las tres ciudades tienen clubes de fútbol, tanto en Liga 1 como Liga 2 y por si fuera poco, la postergación de obras ha conllevado a que el norte no tenga siquiera un escenario apto para la práctica deportiva de primer nivel.
Esta situación generó que – por ejemplo- Atlético Grau de Piura tenga que jugar la Copa Sudamericana del año pasado en la ciudad de Lima y no en su ciudad de origen.
A pesar de que las gestiones anteriores por mejorar la infraestructura de estos estadios no surtieron efecto, los clubes y representantes deportivos de estas ciudades han vuelto a alzar su voz y esperan una pronta solución.
