Es un apasionado del fútbol y, por eso, decidió impartir sus conocimientos a quienes recién se inician en este deporte. Facundo Alvanezzi (55) nació en Argentina, en donde conoció el amor por el balompié al vestir las camisetas de Sportivo Bragado, Kimberley y Deportivo Norte. Su gran talento lo llevó a Italia (Livorno FC) y Suiza (Locarno FC, Tressa Monteggio FC y Caslano FC). Al estar dentro de una cancha, nació el interés de ser un formador de menores.
Empezó enseñando a los jóvenes de los equipos en su país -como Cadetes de San Martín y Club Atlético Aldosivi-. El gran salto en su carrera lo dio al llegar al Basilea FC, en donde trabajó con las categorías inferiores por 10 años (2008-2019), ganando 21 títulos en total.
Alvanezzi nos habla sobre la importancia de la instrucción a los nóveles jugadores y, además, desde el punto de vista de su aprendizaje en el "Viejo continente", brinda una opinión sobre el fútbol peruano.
¿Cuál es el objetivo de un entrenador de las categorías inferiores?
Los objetivos primordiales deben ser muy claros y puntuales. El crecimiento estructural desde la cultura deportiva y humana son el pilar venturoso para ayudar a crecer a los jóvenes, mientras nosotros (formadores) nos alejamos conscientemente de los focos y la gran exposición que genera el fútbol profesional.
Siempre recuerdo que como formador no seré nunca un entrenador de suceso, pero sí, un acaudalado receptor de la enseñanza universal para que mis dirigidos lleguen a la élite. Mi función es enseñar alejado del resultado momentáneo de un partido e intentando visionar lo que vendrá en el futuro.
¿Cuál es la diferencia entre el trabajo de la formación de menores en Europa y en Sudamérica?
Las tendencias del fútbol contemporáneo marcan las diferencias en el trabajo formativo entre ambos continentes. Con ello me refiero a que Europa se diferencia notoriamente con Sudamericana por sus niveles óptimos en cuanto a la técnica, lo cognitivo, lo táctico, lo físico y la comprensión situacional del juego, pues poseen unas estructuras organizativas que se adaptan a las cualidades individuales y colectivas de todos los jugadores.
Además, se caracterizan por tener un desarrollo técnico envidiable, a su vez, potencian la táctica con juegos adaptativos por edades que los lleva a desempeñarse como equipo para que la maduración estructural sea de menor a mayor.
Allá (Europa) los mejores clubes muestran un equilibrio óptimo entre los sistemas y la estrategia en términos de creatividad e iniciativas personales. Por ello, la capacidad de actuar con inteligencia y flexibilidad constituyen la clave del éxito sobre nosotros (Sudamérica).
¿Hay alguna metodología que emplean las escuelas de jugadores jóvenes en Europa que crees se debería implementar en los países de Sudamérica?
Hay metodologías vanguardistas de categoría mundial qué deberían replicarse aquí. Ellas son las del Barcelona FC, Sevilla FC, Valencia FC, Ajax FC, Bayern Múnich y Lyon FC, por citar las más encumbradas canteras de Europa para mí. Poseen en común un excelente apartado institucional. organigrama profesional, rentabilizan lo deportivo y competitivo en manera brillante y el aspecto educativo con lo formativo que los cataloga como clubes ejemplares a seguir.
He tenido el privilegio de visionar y ahondar en casi todas las canteras mencionadas y resulta para mí exquisito apreciar, valorar, aprender y capacitarme con gente de una cultura social y deportiva superior a la media. Yo busco un “mix” entre las divisiones menores mencionadas para nutrirme de conceptos notables para poder edificar mi idea con los futbolistas jóvenes.
En su opinión, ¿qué país trabaja mejor sus divisiones menores en Europa y en Sudamérica?
Fundamentalmente, España y Holanda, por historia promisoria de talentos de envergadura. Luego, debo agregar a Francia, con sus óptimos centros de formación y Alemania, que innovo profundamente.
Además, Bélgica, que renovó sus programas federales; Suiza, que país pequeño, pero con grandes formadores; Portugal, con mucho talento; Inglaterra, modernizando sus ideas y así sucesivamente con el resto de Europa. De Sudamérica, Argentina es país productor de excelentes talentos y realidades al igual que Brasil y Uruguay.
¿Cuál es tu metodología de trabajo en la formación de jugadores?
No hay mejor metodología de trabajo que dejar al futbolista expresarse a través del juego. Yo voy por ese camino. Trabajo durante la semana sin invadir las ideas y creatividad del deportista durante el partido.
(Facundo Alvanezzi trabajó en Basilea con el psicólogo deportivo Alan Meier y Arjan Peco quien también era entrenador de menores . Foto: Cortesía)
Priorizo la calidad técnica refinada, una inteligencia creativa en evolución, la comprensión del juego por naturaleza y no por imposición. Yo trato de recrear secuencias consecutivas entre la prueba y el error.
Jean Pierre Rhyner nació y se formó como futbolista en Suiza. Él se inició en las divisiones Grasshopper—rival directo del Basilea—y también debutó profesionalmente en ese club. ¿Cuáles cree que son las virtudes que más resalta en él?
Lo enfrenté varias veces con el Basilea FC en formativas. Se caracteriza por su inteligencia depurada para leer las diferentes situaciones del juego, dotado de buena técnica formativa, voz de mando y mucha personalidad para liderar y guiar un equipo desde el fondo. Para mí, un gran central con proyección en la selección peruana por su roce en otras ligas.
¿Sigue a los jugadores jóvenes en Perú?
Claro. Por ejemplo, Kluiverth Aguilar, Oslimg Mora, Yuriel Celi, Mathías Llontop, Nicolás Figueroa y Matías Pacheco. Hay otros jugadores que no menciono porque la lista es extensa y muy rica en talentos.
¿Tenemos futuro con nuestros futbolistas de las divisiones inferiores?
Desde mi humilde perspectiva y objetiva valoración, el futuro del fútbol peruano está muy bien posicionado y direccionado. Creo que hay que darles (a los jugadores) el tiempo suficiente para que exploten con todo su potencial en la selección mayor. Les auguro un gran y promisorio porvenir.
¿Cuál es la mayor virtud de un jugador peruano?
Históricamente, el Perú fue cuna de grandes jugadores como Teófilo Cubillas, Héctor Chumpitaz, Hugo Sotil, Cesar Cueto, José Velásquez y Juan Carlos Oblitas. Recientemente a Claudio Pizarro, Paolo Guerrero, Jefferson Farfán, Renato Tapia y muchos más.
El futbolista peruano tiene virtudes exponenciales como la variada riqueza técnica, la versatilidad, el talento individual, una mentalidad que ha mejorado mucho con los años, el entendimiento del juego, la evolución táctica y el profesionalismo. Estas características lo convierten en un deportista para las ligas europeas de primer nivel.
¿Qué cree que le falta a Perú para ser un equipo arrasador en Sudamérica?
Con la llegada de Ricardo Gareca (grande entrenador), el fútbol peruano se instaló en una plataforma donde muchos equipos de Sudamérica desearían estar estructuralmente. Para mí no se trata de arrasar, pero sí de valorar un proyecto vertebrado competente que sirva de disparador para competir con los mejores. Perú lo obtuvo con creces en estos años. Ahora, es un tiempo complejo para todos por preparación para entrenar y competir.
Deseo fervientemente que retomen el sendero del éxito que llegará nuevamente con el tiempo y la paciencia para el ‘Tigre’. Los proyectos vinculados con el éxito estarán siempre con el crecimiento pautado con los juveniles.
Por último, ¿puede brindar consejos a los jugadores que recién se están formando?
Inviertan su tiempo en la búsqueda de nuevas formas de mejorar para alcanzar un fútbol que los defina. Para ello deberán perseverar buscando herramientas (conocimientos), para interpretar y analizar lo que deseen alcanzar y cómo conseguirlo.
Otra recomendación es crear una buena atmósfera para reforzar los lazos humanos y profesionales pensando que son todos diferentes en cuanto a cultura y extracto social. Además, minimicen y convivan con el error sabiendo que ahí comienza esta fantástica carrera.
No se dejen vencer por el fracaso pasajero que deteriora la ilusión. Este es un camino largo lleno de sueños y aventuras que los puede llevar a la élite.