A la lejanía el púgil mexicano Julio César Chávez recuerda el día en que celebró la victoria que tuvo ante el boricua Héctor 'Macho' Camacho en 1992, al lado de los narcos más celebres del país en esa época.
En aquella ocasión el deportista mexicano retuvo el título de peso superligero del Consejo Mundial de Boxeo y mejoró su marca a 82-0. Esa fue una de las victorias más sonadas en su carrera, la cual hasta hoy es recordada.
También fue una época en la que Julio estaba inmerso en las drogas, razón por la cual tenía contacto con los capos más importantes del país.
"El día que le gané a Macho Camacho, había como mil años de cárcel, estaban los Arellano Félix, El Güero Palma, Amado Carillo , Chapo Guzmán, El Azul y el Mayo Zambada, todos querían conocerme. Yo estaba loco, porque fue el día que me drogué (por primera vez), todos hablaban de la pelea de Macho Camacho, hasta que yo me enfadé, yo lo que quería era perico. Había como 300 cabrones armados, pero nadie traía perico, y dije 'como nadie trae perico, váyanse a la chingada', 'no, espérate ahorita te conseguimos'", reveló Chávez en una entrevista con Yordi Rosado.
Aquella celebración resultó única, ya que el boxeador recuerda que muchos días después se desató un lío entre todos los narcos que perdura hasta nuestros días.
"A las dos semanas se pelearon entre ellos, pero como ellos sabían que yo era amigo de todos, a mí siempre me respetaron. La relación muy buena con ellos, siempre me respetaron, yo era muy amigo de los Arellano", agregó.
Finalmente recordó que la relación que tuvo él con todos los narcos siempre fue respeto, pues además de drogas llegó a recibir regalos muy costosos.
"Ellos sabía que yo era amigo de todos. La relación era muy buena con ellos. Me regalaban la droga, diamantes, relojes, me decían 'es un regalo, cabrón'. Tengo joyas, todavía tengo unos guantecitos que me dio Pancho Arellano, que cuestan unos 80 mil dólares", agregó la leyenda.
