"Nos van a matar": La ANGUSTIOSA realidad de los MIGRANTES expulsados a Panamá desde EE. UU.

Miles de migrantes de diversas nacionalidades fueron expulsados de EE. UU. sin previo aviso ni la oportunidad de solicitar asilo. Tras ser detenidos en el país norteamericano, muchos fueron trasladados inesperadamente a Panamá, donde llegaron con la esperanza de recibir atención, pero se encontraron con un futuro incierto.

Al llegar a Panamá, los deportados fueron confinados en hoteles bajo estricta vigilancia, sin acceso a sus teléfonos ni contacto con el exterior. Las autoridades panameñas justificaron esta medida como una forma de verificar la identidad de los migrantes, pero muchos de ellos esperaban que funcionarios de EE. UU. acudieran para escuchar sus historias.

Migrantes provenientes de países como Camerún, Afganistán, Irán y Rusia temen regresar a sus países de origen debido a represalias políticas. La falta de información y el hacinamiento en los refugios han aumentado la angustia entre los deportados, quienes sienten que su futuro depende de una intervención que nunca llega.

A pesar de las expectativas de que las autoridades estadounidenses tomarían acciones, muchos de los migrantes descubrieron que sus esperanzas de obtener asilo fueron en vano. La experiencia de Ambo, una migrante camerunesa, refleja el dolor y la frustración de aquellos que llegaron a Panamá en busca de una segunda oportunidad.

Este éxodo de migrantes revela las fallas del sistema de migración estadounidense y las dificultades de los países de tránsito, como Panamá, para lidiar con las personas desplazadas sin recursos ni apoyo. Mientras tanto, los migrantes continúan atrapados en un limbo, con pocos derechos y sin claridad sobre su destino.

Si bien algunos intentan ver a Panamá como una posible solución, las condiciones de vida en los refugios y la falta de un plan claro para los deportados plantean serias dudas. Los migrantes continúan luchando por sobrevivir, esperando una respuesta que podría no llegar nunca.

Según 'CNN', Ambo, una migrante de Camerún, huyó de su país debido a amenazas de muerte y prisión. Al llegar a la frontera con México, se entregó a la CBP con la esperanza de solicitar asilo. Después de 19 días, fue trasladada junto a otros migrantes, pero en lugar de un campamento, terminó en un vuelo a Panamá. En lugar de un hotel, fueron llevados a un refugio en la selva del Darién. Con temor, Ambo expresó su angustia sobre lo que podría suceder en ese peligroso lugar. "Nos van a matar. Traernos a este lugar, un bosque. ¿Qué nos va a pasar?", remarcó.