LO SIGUEN JODIENDO

Los ajos y las cebollas deben haber salido de la boca de Markarián a borbotones. Si usted o yo hubiésemos estado junto a él la mañana del jueves, les aseguro que habríamos conformado el coro más bullicioso del país.

Al Mago no le desaparecieron dos pañuelos ni un par de tigres albinos al estilo Las Vegas. Dejaron a la selección y al entrenador sin dos rivales con los que, prácticamente, cerraba esta etapa de  preparación que ya venía bastante golpeada con actos y hechos que pusieron a prueba esa “tolerancia” que supuestamente el uruguayo no tenía.

Primero fueron esos tres jugadores con cerebro de estreno los que bombardearon a la selección, luego ese compromiso “pactado” por Burga para jugar con Paraguay que terminó siendo canjeado por Panamá.

Ahora son dos partidos que nunca se jugarán ante las selecciones de Uzbekistán y Nigeria. La culpa es de todo ese directorio que vale menos que un helado de caca.

Hasta la fecha estoy esperando que Pocho Alarcón, Edwin Oviedo, Julio Pacheco, Felipe Cantuarias y el resto de presidentes de clubes exijan a “esa institución” que se comporte como señalan los estatutos. La selección se tiene que manejar con una Comisión.

A Markarián le han escondido el bastón, quemado el sombrero de copa, sus conejos se dedicaron a procrear en Panamá y tiene una selección a la que le pueden terminar llamando “pañuelito de mago”, nada por aquí, nada por allá.