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Lo que el viento se llevó

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Ayer por la mañana, la blanquirroja entrenó por última vez en la gélida Mendoza y la nostalgia se puso de manifiesto entre nuestros muchachos.  Lo curioso de los trabajos fue el recio viento que corrió, tal vez así nos decían  hasta luego y suerte.

Y es que Markarián y sus pupilos le tomaron gran cariño a la ciudad mendocina e incluso se despidieron afectuosamente de los lugareños. No cabe duda que Perú dejó huella. No es casualidad, siempre nos hacemos querer.  ●

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