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Se tiraron dedo

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El engaño despiadado de Guillermo Alarcón sobre el tema de sueldos viene poniendo a más de uno en La Victoria con el alma alterada, con la lengua cargada de veneno y con el reflejo de utilizar hasta las mañas de un troglodita si es necesario. Ya parece que a nadie le temblará ningún sentido para soltar los golpes de la pared en carne humana.

 Y lo que pasó ayer en Matute no fue producto de una ira formada en el momento. Juan Jayo y Johnnier Montaño se dijeron de pe a pa, se señalaron con el dedo de Satanás y agitaron las manos (bueno en uno los tentáculos) como abanicos. José Soto y Henry Quinteros solo fueron estatuas de un apocalipsis que ni ellos mismos saben cómo empezó.

Jayo quería persuadir al grupo para entrenar, pero Johnnier pidió que primero se respete a los compañeros con los pagos. “Escúchame, caraj...”, soltó el “Pulpo”. “No, escúchame tú primero”, devolvió el “Potón”.

“Aquí las cosas se manejan diferente y punto final”, sentenció el “8”. Tuvo que intervenir Pepe para que el escenario no se convierta en un ring de boxeo. La campana aún no sonó, pero en cualquier momento se agarran.

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