Henry Quinteros: “No puedo jugar más en Alianza Lima”

El ser humano se vuelve testarudo, no entiende razones cuando el final está cerca. Pero para algunos las escuetas canas no son simples señales, y Henry Quinteros no está para mendigar una segunda oportunidad. Si el idilio con Alianza Lima culminó, pide, sin intermediarios, que los rodeos se acaben y se lo digan sin anestesia.

José Luis Saldaña

Cuando un amor está a punto de terminar es porque una de las dos partes dejó de tener interés, ¿cierto?

El amor de mi parte no se va a acabar nunca.  Me gustaría que vengan y me digan las cosas como son. Uno también tiene que respetarse y quererse.

¿Sientes que en la otra vereda desde hace tiempo están con la intención de dar un paso al costado en esta relación?Sinceramente no, porque hace dos meses las personas que estaban en Alianza siempre me decían que me tenía que retirar aquí. Pero a veces para enamorar a una persona, se dicen mentiras. Quizá eso pasó.

En todo caso, tú quieres que alguien te llame y te diga esto es lo que va a pasar…Sí, porque mi persona o cualquier jugador de 18 años merecen respeto. Con “Chemo” lo viví en Sporting Cristal, que a los jugadores que no los iba a necesitar al siguiente año les dijo directamente lo que iba a pasar.

¿Es un desgaste psicológico llegar a niveles tan importantes del torneo sin saber cuál puede ser tu futuro?Sí, pero aparte cómo se está manoseando mi nombre es increíble. Se dijo que me peleé con Pizarro, que manejo el camarín. Están equivocados.

¿Pero sí hubo una conversación directa con Pizarro?La polémica fue porque no viajé a Arequipa, pero son decisiones de los técnicos.

¿Le pediste alguna explicación?No, te lo puedo asegurar. Desde los 16 años a ningún técnico le pedí explicaciones. En los últimos años, siendo Pepe Soto mi amigo, jamás le reclamé.

¿Es cierto que a mitad de año te ofrecieron la gerencia deportiva del club?Sí, me la ofrecieron pero aún tenía contrato. Yo respondí que me sentía bien aportando al equipo, y creo que aporté. Si no hubiera aportado, yo mismo hubiera dado un paso al costado.

Si te dan la oportunidad de retirarte en Alianza este año, ¿aceptas?No, por mi proyecto como jugador. Hay que ser conscientes de que en Alianza se necesita jugadores para vender y yo soy consciente de que en Alianza no puedo jugar más. Quizás en otras instituciones se podría alargar mi carrera. No me voy a engañar yo ni a mi familia.

¿Cuánto tiempo más te ves jugando fútbol?Sinceramente, un año más.

¿Y te vas sin cumplir tu sueño de irte de Alianza?¿Ya me estás botando?, no lo sé. Ahorita te soy realista, hasta el día de hoy me veo más fuera que dentro de Alianza, que sería algo triste.

¿Sueñas con dirigir o estás muy abocado a la gerencia deportiva?

No, lo que pasa es que por mi cabeza no está dirigir. Hice un máster de Gestión de Empresas deportivas en la UPC, y esto es más el ámbito administrativo y gerencial.

¿Pensaste en la presidencia de Alianza Lima?Ahorita no se me pasa por la cabeza, pero no la descarto.

 ¿Cómo evalúas la gestión de Susana Cuba?Alianza mejoró enormemente como institución. Pero después no te podría dar más detalles porque no quiero debatir.

 ¿Qué tantos conflictos hubo entre el grupo y Wilmar Valencia?Son cosas de camarín. De que Wilmar es un técnico frontal y que dice las cosas como son, lo es. Y a mí me gustan esos técnicos. Que me diga qué hago bien o mal, solo así se mejora..

¿Fue cierto que casi te agarras a golpes con Carlos Barrionuevo porque se peleó con tu hermano?Yo no fui. No lo encontré, pero se metió justo con uno de mis hermanos (Julio) que es el rayado de la familia. Julio me dijo que iba resolver sus cosas solo, y así lo hizo. De una manera que no puedo contar, en otro sitio.

¿Cómo manejaste tu relación con Barrionuevo?Los dirigentes nos citaron una noche con él y los más grandes del equipo.  Era el momento para llevar bien el grupo.