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¡No te reconozco!

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Tan desolador, como las graderías del Alberto Gallardo, fue el accionar de Sporting Cristal  ayer ante San Simón. El 1-1 fue reflejo del pobre desempeño celeste en su propio feudo. Aquellos días de cuadro avasallador hoy es solo una historia ingrata para los del Rímac.

El funcionamiento del cuadro de Daniel Ahmed nuevamente generó dudas, pues fue incapaz de vulnerar al señalado como el cuadro más novato y débil de nuestro balompié.

Fue una mañana insólita, no solo por las tribunas del recinto que lucieron desoladas. Carlos Lobatón, el más talentoso y fino de los bajopontinos, erró su disparo desde los doce pasos. Aquel el fallo auguraba un día gris para los locales, el mismo se fue confirmando con el transcurrir de los minutos.

El contendiente llegó a la capital con todos los pronósticos en su contra; sin embargo, con un planteamiento inteligente, que priorizó el orden defensivo, minimizó las arremetidas de Maximiliano Núñez y Leandro Leguizamón, quienes ayer no se mostraron finos en la definición.

Tras una parte inicial sin tantos, Paolo De la Haza  parecía eregirse como el salvador, al inaugurar el marcador de cabeza cuando el reloj indicaba los 48 minutos.  

Sin embargo, el “Corazón de Moquegua” reaccionó solo cuatro minutos más tarde y gracias a un tanto de Gustavo Stagnaro igualaron las acciones, generando el desconcierto en predio rimense. No hubo reacción y el cotejo terminó en un magro empate para los pupilos del “Turco”.

El título del Torneo del Inca parece alejarse de La Florida y pese al argumento conformista que es solo “un torneo sin importancia”, hoy se respira un clima de desconcierto tras los últimos tropiezos.

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