Paolo Guerrero: ¿Quiénes son los peruanos que jugaron en LDU?

Luego de su salida de Racing Club de Argentina, el futuro de Paolo Guerrero era incierto, ya que había rumores de que pueda fichar por diversos clubes. A pesar de eso, la historia terminó, y el delantero de 39 años estampó su firma por el LDU Quito, uno de los clubes más importantes de Ecuador.

El atacante, para curiosidad de muchos, no es el primer futbolista nacional que defenderá este equipo, pues a través de los años, hubo varios nombres conocidos de nuestro país que defendieron dicha casaquilla. Algunos lograron tener un discreto paso, y otros lograron alzar trofeos. A continuación te contamos quienes fueron los que peruanos que pasaron por LDU Quito.

El último peruano que fue parte de dicha escuadra, fue el 'Cholito' Ávila, quien se sumó para la segunda mitad del torneo en el 2016. El delantero tuvo un fugaz paso y no pudo brillar como lo esperaba, pues solo terminó disputando 13 partidos y conviertiendo en una ocasión. Tras su paso, volvió a Sporting Cristal.

El popular 'Chorry', fue de los nacionales que más brillo en LDU Quito, pues durante las dos temporadas que logró disputar, se convirtió en uno de los referentes de aquellos años (2005 y 2006), y hasta el momento sigue siendo recordado por los hinchas ecuatorianos. En dichos año disputó 107 partidos y marcó 27 goles.

Uno de los detalles que no se puede pasar por alto, es que durante su primera temporada, el entrenador al mando de la escuadra, fue el también peruano Juan Carlos Oblitas, quien logró consagrarlos como campeones.

El tío de Jefferson Farfán se sumó al LDU Quito en 1989 luego de coronarse subcampeón con Unión Huaral. En Ecuador logró anotar 4 goles en 19 partidos. A pesar de que ese mismo año volvió al torneo peruano, logró marcar historia tras anotar un doblete en el triunfo por 8-0 ante Aucas, considerado uno de los partidos más históricos del club.

La Rosa fue el primer jugador peruano que jugó en LDU Quito. Su fichaje se dio en 1987, quien a pesar que ya tenía 33 años, arribó por todo lo alto como uno de los flamantes refuerzos de aquel año, luego de llegar con la selección nacional a los mundiales de 1978 y 1982.

Como delantero del club, logró convertir 16 goles en 16 jornadas. Este nivel generó la renovación por una temporada más, donde logró sumar cinco tantos en 33 enfrentamientos.