Aguiar ydiez más

no siempre es Navidad. Luis Aguiar, el bastión futbolístico y actitudinal del equipo de Pablo Bengoechea, no pudo ser el guía de otras jornadas. Esta vez el buen planteamiento cusqueño y la poca fortuna le jugaron en contra al “Canario”.

El charrúa intentó asociarse con Erinson Ramírez y Alejandro Hohberg y por momentos lo consiguió aunque ello no significase mayor peligro para el arco que custodiaba Luis Ortiz.

La principal jugada de gol que generó el charrúa fue a balón parado. En el primer tiempo, Aguiar ejecutó con calidad un tiro libre cerca al área y la pelota fue a dar al travesaño cuando el golero imperial ya casi no podía hacer nada.

Hablar de supuestos no sirve, pero con el gol a favor -iba 0-0 en ese momento- ­el trámite del partido hubiese cambiado.

el remedio no “funcó”

En el complemento, Bengoechea dispuso el ingresó de Kevin Quevedo en su lugar con el objetivo de darle mayor dinámica al ataque, pero perdió en el manejo del balón.

Sin Aguiar, la volante “íntima” pasó a convertirse en una peaje de alto tránsito. No hubo quién controle los tiempos y dosifique las energías. Allí se equivocó el “Profesor”. •