Con la frescura propia de un “chiquillo” de tan solo 17 años, Sergio Peña se jugó un partidazo en Huacho. No le pesó la responsabilidad y fue el “10” del cuadro blanquiazul.
“Peñita”, quien es sobrino del gran Paolo Guerrero, movió los hilos de los victorianos, hizo y deshizo con los rosados del Pacífico, que no sabían si pararlo o mirarlo.
“Hicimos un gran partido, jugamos con mucha intensidad y nos entregamos al máximo. Alianza se merecía este triunfo y ahora estamos muy cerca de la punta y hay que seguir así”, señaló Peña, que ya fue vendido al Granada de España. El “chibolo” Peña “destrozó” a los “viejitos” del Pacífico.