Rézate un Ave María

Esta vez no regresó con los aires celestiales del Dalai Lama, simplemente, trajo la prédica sindicalista de quien defiende a los suyos. “Hay un compromiso de los dirigentes de pagar a los jugadores, de cumplir con ellos, por eso acepté volver. Ahora queda luchar cada partido para salvarnos de la baja”.

Julio César Uribe tendrá hoy la gran posibilidad de advertirle a los dirigentes galvistas que con él no se juega. Y si logra literalmente torcerle el cuello a la “U”, deberán rendirle pleitesía.“Vamos a jugar y a salir de este momento complicado”, dijo antes de pedir “por favor” dejar aquellas especulaciones que decían que “su salida” obedecía a otras razones.