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¡VIVA ESPAÑA!

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¡VIVA ESPAÑA!

No es posible hacer un análisis final sin antes hacer la siguiente pregunta: ¿Es España un justo campeón? Definitivamente sí, por todo lo que mostró a lo largo de la competencia.

Porque se repuso a ese mazazo que significó perder en el debut ante Suiza, un rival que lo hizo pisar tierra. Porque no renunció a su fútbol de toque y ataque. Porque renunció a su historia negra en Mundiales. Porque mostró a Villa, Iniesta, Xavi y Casillas quienes brillaron mientras otras estrellas se apagaban. Porque tuvo a un técnico como Del Bosque con los huevos suficientes para sentar al “Niño” Torres y armar un equipo de verdad. Y, finalmente, porque jugó a ganar en el Mundial donde muchos jugaron a no perder.

Es cierto, muchos dirán que este no fue uno de los mejores Mundiales. Podría ser. De los 64 partidos que ofreció Sudáfrica 2010 sólo algunos estuvieron a la altura de una Copa del Mundo. El resto de encuentros tuvo pobre espectáculo y pobres protagonistas. Quizá, para muchos, hubo más emoción en las predicciones del pulpo Paul y en los desnudos de Larissa Riquelme.

Sin embargo, nada le quita valor al título de la Furia Roja, ya que en su camino a la gran final tuvo adversarios que lo exigieron al máximo y sacaron a relucir lo mejor de España que hoy tiene en sus manos un trofeo que le fue esquivo por tantos años. 

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