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Atrapado y sin salida

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Recibió la galletita como niño embobado y se lo devoraron con zapatos y todo. Lo raro es que nadie, ni siquiera su técnico Salvador Capitano, lo respaldó.

Al contrario, lo castigó con el látigo de la indiferencia. Pobre “Cachito”. Ya le pidieron un reemplazo por jugar con “ladrillos” en los pies y encima por dejarse expulsar ante los churres.Capitano dijo que un jugador profesional no puede cometer esos errores, sobre todo luego de hablarle como padre a hijo en la semana de trabajos. Es más, le señaló que no traería a ningún refuerzo en la medida que Ramírez salga a flote. Ya saben lo que pasó.

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