garra soñada

Golearon fácil y eso tiene un por qué. La pelea de sus dirigentes había herido sus sentimientos. Por eso antes de salir al campo cantaron, rezaron, elevaron los ojos al cielo y juraron: “Vamos a matarnos en el partido”.

Se dice que también horas antes dialogaron entre ellos, analizaron, sacaron conclusiones de la coyuntura. “Carajo, vamos a meter todo para que esta nueva gente vea que somos capaces, además vamos a bancar al ‘profe’ que lo están ninguneando”, dijeron los referentes.Ingresaron al campo de la UNSA soportando las pifias de unos 20 mil arequipeños que querían verlos sufrir. Pero eso no les importó porque no solo ganaron, sino que golearon, demolieron a un rival peligroso.¿Y la altura? Ni la sintieron. Corrieron como si estuvieran en el Monumental. Fueron cuatro goles. El primero de “Cachito” Ramírez, el segundo de Ruidíaz, el tercero de Labarthe y el último de Johan Vásquez.Sin embargo, el arranque tuvo un ritmo inesperado. Los rojinegros se pusieron valientes y encaradores. Hicieron temblar el arco de Fernández con soberbios zapatazos, primero de Yáñez, luego de Pérez y después de Meza Cuadra. “Supermán” tuvo que volar de palo a palo y los contuvo.El despertarCuando se establecía el equilibrio de juego con un Rainer trajinador y un incisivo Labarthe, vino la falta de Calcina contra Ruidíaz que determinó la expulsión del dominó. Ahí se gestó una trifulca que el árbitro Henry Gambetta no supo manejar debido a que casi al final botó a otro jugador mistiano (Ramos).Así fue el banquete. Minuto 43, un pase en cortada de Rainer y “Cachito” que la mete fácil. Minuto 50, Ruidíaz vence de media vuelta al golero Rodríguez.Minuto 53, Labarthe saca de la marca a Ramos para meter un disparo rasante e inflar las redes. Y ya casi en el tramo final, minuto 75, Johan Vásquez, desde casi 25 metros mete un zapatazo y decreta el 4-0 final.A acomodarse¿Ahora? Miremos la tabla. El equipo del profe Capitano sumó 45 puntos, se colocó cuarto y esta ahí, viendo cómo acomodarse en el grupo de los pares en la liguilla para no toparse con la San Martín. Quiere ser campeón. Un sueño que aún no lo ha perdido. Ni los jugadores, ni los hinchas.