Regreso a La Victoria

Sus correrías de infante, el carro de Waldir Sáenz que ayudaba a limpiar, las propinas de los viejos, los abrazos, las fotos, los recuerdos, los amigos, la cocina, el olor a “pastel” de La Victoria, su trampolín hacia la consagración. Su mundo pequeño.

Jefferson Farfán regresó a Matute ganador, humilde y como estandarte de esta selección de obreros. “Estoy tranquilo y feliz. Volver a Matute luego de varios años y con un triunfo es una alegría enorme”, dijo la “Foquita”.

El pilar del Schalke 04 destacó el buen juego de la selección y manifestó que el trabajo de sus compañeros “es para aplaudir”. Eso sí, reconoció su frustración porque “no pude anotar”.“Tengo la misma emoción de mis compañeros cuando juego por Perú. Tengo muchas ganas de hacer un gol, pero caerá por su propio peso”, apuntó el veloz delantero que se forjó en Alianza Lima para luego partir a Holanda y de allí a Alemania por varios millones de dólares.