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Roche con los árbitros

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Las revoluciones que venía mostrando con su juego rápido y fuerte las trasladó al carácter enérgico de ese peón de batalla que no quiere perder.

Luis Advíncula fue el fiel reflejo de un colectivo que no supo equilibrar y dosificar su mentalidad para revertir un mal resultado ante José Gálvez. “No le falté el respeto al árbitro, son cosas del partido. Uno cuando juega está con las pulsaciones a mil y es mi forma de sentir el juego”, sentenció.

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